Huellas en la arena

Mirarme en tus ojos
cada tarde,
sentados en la arena,
sin mucho que hacer.
Escuchar el viento
coqueteandole
a las palmeras,
viendo morir el día,
a manos 
del atardecer.

Levantarnos 
entre el silencio,
de manos que rozan
sin querer,
de espaldas a la luz,
inquietas, desafiantes
del tiempo
que se escapa
y nunca ha de volver.

Con pasos
muy austeros,
sin prisa y cautivantes
del camino 
que queda recorrer.
Me abrazas
presurosa,
pero sin querer
soltarme
y así  
se va la vida,
con brea en los zapatos
y arena en los pies.

Johnny Berríos


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