Oh Señor

 Oh Señor, cuídame del adversario. Hoy te pido que me des el entendimiento necesario, para poder continuar ayudando a otros, aún en los momentos en que la tormenta arremete contra mi puerto. Ayúdame a no desfallecer, dándome las fuerzas para seguir, pero quitándome el deseo de peliar. Que vea oportunidades de hacer brillar tu luz en el camino de aquellos, que a oscuras viven y arremeten contra tu obra. Gracias por este día y por todos los días que he vivido hasta hoy. Gracias por mañana, que aunque no lo he vivido, se que de tu mano será espectacular. Gracias por mi familia, por tu amor y tu bondad, por la provisión que me das y por poder conocer tu misericordia y tu amor, por medio de mis pruebas. Permíteme, si es tu voluntad, seguir ayudando a otros y no permitas que mi fé se agote, en el nombre de tu hijo Jesús el cristo, amén.

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