Da hasta que te duela

Hace muchos años atrás, en Kentucky fried chiken, tenían una promosión que al llevar 10 chapitas de refresco, no recuerdo si era pepsi o coca cola, te regalaban una cajita de pollo con papas. En aquel entonces yo estaba en la escuela intermedia y había un Kentucky cerca, había que cruzar la carretera #2 y no nos permitian cruzarla, pero nosotros ibamos.

Recuerdo que de camino a la escuela ibamos mirando el piso buscando las chapitas de refresco por dos razones, las que eran de la promosión iban al bolsillo y las que no las usabamos para practicar el batear la curva con un palo de escoba. Cuando teníamos 10 chapitas ibamos a Kentucky y nos dabamos un atracón.

El día que yo logré reunir 10 chapitas fuimos a kentucky mi amigo Robin y yo (Espero que su mamá no este leyendo esto) y presentamos las chapitas. Nos sentamos a comer con aire acondicionado y todo, pero no teníamos para el refresco. En aquel entonces solo nos daban 25 centavos para la escuela y eran para una empanadilla y cuando los guardabas al otro día te daba para mucho. Así que nos sentamos a comer sin nada para tomar.

Mientras saboreabamos el pollo un hombre trajo dos refrescos grandes y los puso en nuestra mesa. No recuerdo su rostro y ni siquiera se como se llamaba. Lo que si recuerdo era aquel vaso grande de refresco con mucho hielo que yo jamás hubiera podido comprar.

Muchos años han pasado y aunque he olvidado muchos detalles de aquel día, sabe Dios si no era Robin quien andaba conmigo, pero creo era él, pues siempre estabamos juntos pero, no he olvidado aquel gesto amable que he tratado de emular por mucho tiempo en mi vida.

Ayer en un compartir del curso de señas, un  jovencito llamado Michael, me trajo un pequeño detalle que me hizo recordar aquellos tiempos cuando yo era un loco bajito, aprendiendo a vivir la vida.

Da de ti lo mejor hasta que te duela y si no te duele cuando das, pues sigue dando hasta que sientas que lo que diste, tal vez te falte mañana. Te aseguro, que sentirás la satisfacción mas grande de tu vida, cuando lo que diste regrese a ti transformado en la sonrisa de un niño, o transformado en el cálido abrazo de un nuevo amigo.

Johnny Berríos

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