El Perdón

Perdonar es no tener demasiado en cuenta las limitaciones y defectos del otro, no tomarlas demasiado en serio, sino quitarles importancia, con buen humor, diciendo: ¡sé que tú no eres así!
                                                          Robert Spaemann

El perdón, es el arte de reconocer el mal que se nos ha hecho y poder dejar a un lado nuestro orgullo para olvidarlo.
                                                      Johnny Berríos

No hay nada más gratificante en la vida, ni que nos brinde más paz que el perdonar. Cuando perdonamos, no solo estamos tirando a un lado nuestro orgullo, sino que estamos dejando ver nuestra capacidad de evolucionar y dejar atrás el pasado. No podemos vivir la vida con rencores y disputas eternas que no llevan a ningún otro lado que no sea a la infelicidad. Hay que tener la capacidad de buscar en nuestro interior y reconocer que aquello que nos hirió un día, lo seguirá haciendo toda una vida si no perdonamos.


El perdón es un proceso que puede ser lento, pero muy efectivo a la hora de sanar heridas, de reparar corazones rotos, de buscar nuestra propia salvación. No continuemos con esa eterna batalla de mostrar cuan duros podemos ser a la hora de ser rencorosos, pues solo demostramos nuestra propia ignorancia y nuestra poca capacidad para enfrentar situaciones difíciles en la vida.

Cuando alguien nos hiere podemos sentirnos mal, podemos creer que el mundo se desmorona, pero siempre habrá una luz al final del camino si tomamos la decisión de perdonar a aquellos que una vez nos hicieron daño. Acéptalo, lo que pasó está en el pasado, porque vas a perpetuarlo en tu presente. No permitas que la ira, el rencor y los malos sentimientos te consuman y consuman a los que estan a tu lado. Sé más sabio, recapacita. No es que ahora vas a permitir que esa persona siga en tu vida como si nada hubiese pasado. Lo que tienes que hacer es perdonar, dejar a un lado el suceso, dejar a un lado esa persona si fuera necesario, pero pensando en tu propia felicidad tienes que perdonar.

No hay otra forma de sacarte eso del sistema. Como yo lo veo tienes dos opciones: o aceptas lo que sucedió, perdonas y le das cierre al asunto, o continúas toda tu vida cargando a cuestas esa cruz. Perdonar es simplemente dejar a un lado el orgullo y decidir ser feliz.

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